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viernes, 20 de agosto de 2010

“Cómo ser políticamente incorrecto y no morir en el intento 2”





Desde aquí impulsando mi compañía. Problemas con la publicidad?



La organización de mi lugar de trabajo parece más un cuadro de Jackson Pollock que la oficina de un alto ejecutivo de una multinacional. Ni pensar en quedarme quieta en mi lugar de trabajo sin darme una vueltica por la ventana para ver qué está sucediendo afuera. La tv, la radio y la internet permanecen prendidas todo el día. No podría trabajar sin saber qué ocurre a mi alrededor, de hecho los medios son mi gran fuente de inspiración, cada tema que escojo para trabajar en video o para escribir tienen relación con lo que he leído en la prensa el minuto anterior, o con el chisme de la actriz del momento. Además observo referentes para mi propuesta creativa, sea gráfica o escritural. Para mí es casi que una tortura ir a una oficina, que no sea la mía, a trabajar. Mi espacio es una mezcla de oficina y taller, aunque aún no es lo que quisiera como espacio de trabajo.  De mi oficina actual rescataría la comodidad, el hecho de poder estar todo el día en pantuflas sin que a nadie le importe, que si me tomé 10 o 15 tintos y me fumé paquete y medio de cigarrillos, no pasa nada (no lo repitan muchachos, otro día monto un blog médico para que discutamos sobre el enfisema pulmonar, hoy honestamente no quiero pensar en ello). Rescato no tener que escuchar la tediosa música de oficina, ni la radio para la inmensa minoría, que alivio! Díficil, eso sí, conciliar entre la actividad profesional y los requerimientos de la familia, la mía es una oficina acondicionada en la sala de mi casa, aunque ya mis hijos han crecido y son bastante independientes, y mi papá ya está aconductado para recibir mañana tarde y noche la visita de clientes y empleados, sin despelucarse.

En cuanto al nivel de compromiso, es algo que observo en las personas que trabajan conmigo, como jefe no estoy encima de los empleados dándoles rejo para que trabajen, soy creativa, no policía, ni mucho menos niñera. Y como empleada no requiero de supervisión estrecha, soy bastante proactiva. Eventualmente nos reunimos para evaluar lo que se ha hecho, lo que hace falta y para establecer las nuevas metas.  Delego funciones con bastante facilidad, aunque no todas las personas se adaptan a: “aquí está su tarea, no me interesa a qué hora la hace, la necesito para el martes por la mañana, que esté muy bien, cualquier cosa me escribe al mail…” Y por eso, nuestro equipo de trabajo es reducido, polifuncional y altamente efectivo. Además de ser personal de manejo y confianza, para mí la confianza es fundamental, un sistema de trabajo como el nuestro no funcionaría si no contáramos con que la gente no va a dejar caer el proyecto, y de que efectivamente se va a cumplir con la promesa de venta.

Y esto sí que es importante como filosofía de trabajo, no buscamos hacer las cosas sólo bien, siempre queremos hacerlas mejor.



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