Si hay algo que me gusta del programa Familias en Acción es que a diferencia de otros programas asistencialistas, éste promueve la construcción de liderazgos desde las mismas comunidades adaptándolas para que sean auto-sostenibles. No es suficiente con que el Estado o las Ong´s intervengan un día a una población con alimentos si los otros 364 días del año van a tener hambre. La asistencia técnica, económica y humana debe ser pertinente y lograr efectos de largo plazo, el estado y las empresas no pueden seguir gastando recursos en proyectos que no desarrollen a la comunidad y las lleven a logros más altos de desempeño. Un programa sin impacto en el capital social, no es proyecto. La auto-gestión, el acceso a capital y el fortalecimiento de unidades productivas generadoras de empleo para los ciudadanos y sus familias deben ser la prioridad. No regale un pan hoy, eduque a las familias, facilite el acceso a tecnología, a recursos financieros y a mercados. Los proyectos de auto-construcción permiten que las comunidades no solo obtengan acceso a servicios públicos sino que son programas generadores de empleo e ingresos para las familias. Y por sobre todo, delimite claramente la pertinencia de la propuesta, no funciona donar tractores para el trabajo agrícola en una zona de páramo, o instalar escaleras eléctricas en un barrio que no va a tener la posibilidad de contratar el mantenimiento a largo plazo de las escalas, generando empleo para técnicos extranjeros muy especializados pero sin impacto en lo concerniente a ingresos para la comunidad. Es pertinente elevar el nivel educativo de los jóvenes de las localidades mejorando el acceso a programas de educación superior técnica, universitaria y a distancia, acordes con los proyectos productivos que por consenso se decida establecer para cada sector.
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